Sucesivas sequías y diluvios, sequías y diluvios han drenado mi alma, dejando en mi pecho tórridos agujeros oscuros, pesados, obligándome a absorber hasta no poder más cada situación.
Pero cuando el presente no basta y ya absorbí todo para luego dejarlo ir, estos forados me empujan hacia adelante y me hacen absorber lo que aún no conozco, lo que está fuera de mi alcance, eso entra en mí y cuando el momento llega sale y recobro el aliento.
Volver a respirar.
21 enero 2009
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